El sábado 3 de de diciembre el flamenco brilló en toda su esencia. desde los artistas hasta un público entregado que fue muy numeroso a pesar del puente y que todos creímos que estaríamos a medio gas.

Pero no fue así, al contrario, fue una noche memorable con un calor humano excepcional en un público que participó como si de un artista más se tratara.

No es para menos, ya que Raquela derrochó un arte que sacaba a bailar al público y le hacía participe de sus interpretaciones, incluso saliendo ella fuera del escenario a interactuar.

Pero no fue la única que derrochó arte, Nati de Vallecas es una cantaora a la que hemos de prestar una atención especial, desde algo de Morente, con algo de Bambino o los villancicos de la segunda parte pusieron al público en pie.

Roberto Vozmediano puso su cajón a disposición de un duende que se vivía en el escenario, un duende que era sin duda alguna fruto de una relación intensa de grupo que se palpaba en el ambiente. Roberto sabe a provecharlo y su cajón lo demostró.

Y todo esto envuelto en la guitarra de Pepe Núñez.

Que se puede decir de un maestro indiscutible a la hora de acompañar al cante o el baile, con una empatía que le hace ser una persona amena, carismática y todo un artista.

Pepe pone su guitarra, sus conocimientos y su temple a disposición del artista al que acompaña, él intenta pasar como desapercibido y eso le hace aún más grande en su toque.

Solo quiero para terminar agradecerle a los artistas la noche que nos hicieron vivir, al público su saber estar y responder ante la cultura que se nos brinda a Julio, un chaval que nos ayudó con el sonido, algo dífícil para los que no entendemos y gracias a él y a Kiko quedó como tenía que ser.

Y gracias a los amigos y socios que nos ayudaron en el montaje y desmontaje y en toda la preparación que hay detrás para que todo salga como debe salir.

Y gracias al Restaurante La Fragua a ese equipo de personal que ahí trabaja.

Nos vemos en el próximo.