¿Qué tiene el flamenco que en directo enamora?
Quizás sea el duende, quizás sea una música que es capaz de englobar en su seno cualquier otra disciplina musical. Cualquiera de las facetas cante, guitarra o baile, en directo atrapa y cuando esto ocurre lo hace para siempre.
Este sábado día 4 de marzo cuando estamos en vísperas del día de la mujer pudimos disfrutar del baile de una joven bailaora como es Raquel Novellón que ha ido forjando su baile, no solo con maestros que le han enseñado, sino con un esfuerzo personal que hacen de ella que tenga un sello propio. Eso, que hace inconfundible a un artista.
Con un lleno hasta la bandera, un pleno en el salón del Restaurante La Fragua, Raquel Novellón, elegante con pose a pasito lento sube a un escenario en donde la voz por «caña» de Jacod Quirós acompañado por la guitarra de Raúl Ramírez, la percusión de Rafa Jiménez y el violín de Fernando García Rico, Raquel se planta en medio del escenario elevando sus brazos a compás de los ayeo nos dibuja un envoltorio sobrio, señorial, autentico y cargado de emotividad.
Su actuación se torna alegre, jocosa, con la brisa que ofrece las salinas de Cádiz haciéndolo por alegrías. Y remata la noche por taranto, hundiéndonos en lo más profundo de la tierra para hacernos sentir lo duro de un trabajo donde la vida está pendiente de un hilo pero sabiendo que al final del día vuelven a una superficie donde lo celebran por tangos, esos tangos picarones que Raquel supo darle ese sentido.
Sólo me cabe expresar y dar las gracias a todos, empezando por Raquel y continuando por toda la corte artística que tenía detrás y que pusieron al público en pie en una sala donde no cabía ni una mosca más.
Gracias.
