El pasado 3 de junio en el restaurante La Fragua de Leganés vivimos una noche para recordar en el tiempo, son de esas veces que esto que ha ocurrido ya no volverá a ocurrir, fue ese momento. Viviremos otros, pero ese no.

Jesús Castilla

Jesús Castilla llegó con ganas y lo dio todo, es ese momento donde el corazón prevalece y el duende surge como si germinara una semilla que se cuida poco a poco para que de su fruto. Así fue Jesús, fue creciéndose en el escenario hasta que explotó con una sabiduría y unos conocimientos que le afianzan como un cantaor profundo que sabe lo que hace.

Jesús arrastra ya unos años de carrera y nosotros le hemos visto en diferentes etapas, siempre canta con el corazón y con entrega, pero esa noche se superó con creces, siguiriyas, alegrías, bulerías, malagueñas, soleares… fue parte de un repertorio que puso al público en pie varias veces durante su actuación.

Junto a él la guitarra de Niño Manuel que lo conoce bien y sabe como llevarle, su toque es justo y preciso, lo que es un guitarrista para acompañar, algo que hoy en día hay ocasiones que se echa de menos.

Niño Manuel

A ello le añadimos dos amigos en las palmas y compás, Juan Carlos Gil y Kiko Martín, son dos maestros indiscutibles para acompañar, arropar y aupar al cantaor en este caso. Su forma de estar, su entrega, sus conocimientos, mirando todo el rato para que no se escape ningún detalle y ahí, solo ahí radica el buen compás. Un compás que gustó a todos sin duda alguna.

Kiko Martín, Juan Carlos Gil, Jesús Castilla y Niño Manuel

Broche final de la noche, bulerías con un final de fiesta que ocurrió sin más, surgió de la noche, nos visitó el duende.

Con esta actuación cerramos el ciclo de Flamenco en La Fragua hasta la próxima temporada.

Gracias a todos.

Las Fotos de Alfonso Otero